domingo, 30 de diciembre de 2007

Cada noche, cada mes, cada fin de año, diseñaba nuevos proyectos, se marcaba altas metas, imaginaba grandes aventuras, fabricaba sueños en lo que invertía ilusión y esfuerzo. Pero nunca lograba construir sus quimeras. Esta es la gran historia de aquel pequeño hombre, que nunca se pudo escribir porque su mayor éxito radicó en sobrevivir al continuado fracaso.
Hay quien dice que la verdadera historia se ha ido moviendo con el engranaje de hombres de esta envergadura.

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